La matanza de Atocha by Jorge M. Reverte & Isabel Martínez Reverte

autor:Jorge M. Reverte & Isabel Martínez Reverte [Reverte, Jorge M. & Martínez Reverte, Isabel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Referencia, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2015-12-31T16:00:00+00:00

HUELGA GENERAL

A las siete de la mañana del día 25 la ciudad aparece cubierta de pintadas en rojo informando de la matanza de los abogados y convocando al entierro y a la huelga general. «ASESINATO FASCISTA EN ATOCHA» y «HUELGA GENERAL» es lo que tienen que escribir por toda la ciudad. Luis Manglano, militante de Joven Guardia Roja, recibe la consigna de madrugada: tiene que estar a esa hora en la puerta del metro de Marcelo Usera para participar en las pintadas. Nada más, con ese laconismo. De uno en uno, los jóvenes van recibiendo la convocatoria. Por su parte, Marcelino Camacho, líder de Comisiones Obreras, ha estado en pie toda la noche organizando la huelga general en todo el país.

Un compañero llamó a su casa sobre las once de la noche y le contó lo sucedido. Nada se sabía de los autores, solo aquello de que buscaban a Joaquín Navarro, o a los del transporte. Esa misma noche se han mantenido reuniones del sindicato y decidido los pasos a dar: entre otros convocar una huelga de forma inmediata. Como medida de precaución, Camacho y algunos otros no dormirán en casa por si aquello es solo el principio de algo mayor[43].

La Coordinadora de Organizaciones Sindicales y Coordinación Democrática, los órganos supremos de la coordinación entre organizaciones de la oposición, que engloba a partidos y sindicatos de izquierdas y de derechas, están llamando a la huelga general y convocando a manifestaciones de protesta de todo tipo en los grandes centros urbanos e industriales. Todos convocan, pero lo hacen mirando de reojo a CCOO. Harán lo que diga Camacho.

Marcelino Camacho es el líder indiscutible de las CCOO. Salió de la cárcel de Carabanchel en noviembre de 1975, tras haber pasado allí más de tres años en compañía de muchos opositores comunistas al Régimen y, singularmente, de los condenados junto a él en el mítico proceso 1.001, en el que se juzgó a la entonces clandestina cúpula del sindicato. Nicolás Sartorius, Francisco García Salve, Eduardo Saborido… Todos hombres bien conocidos por la clase obrera del país. Su liberación es una de las pocas alegrías colectivas que ha producido la Transición, un proceso que está provocando que se vierta demasiada sangre. El líder de CCOO ha vuelto a pasar por la cárcel recientemente, tras ser detenido en marzo de 1976 en una reunión para constituir Coordinación democrática. Pero ha podido salir de nuevo en mayo, junto con Aguado y Dorronsoro, tras depositar una fianza de 100 000 pesetas.

Camacho es un hombre muy popular. Ha puesto de moda un jersey con cremallera que le teje su mujer, Josefina, y todos los presos intentan en vano eludirle para no asistir a las interminables y prolijas reuniones que convoca a diario para analizar la prensa. Camacho es una roca.

Muchos cientos de miles de trabajadores van a participar en todo el país en el paro y muchos más en las manifestaciones. Para Camacho, «todos han comprendido en ese momento que aquello es parte de un complot, de una

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